Sebastián Martínez Álvarez. 9°1
Se habla de valores desde que somos apenas unos chicuelos, nos mecanizaron que debemos tolerar, amar, ser solidarios, decir la verdad. Pero, ¿cuántos valores aplicamos en realidad a nuestras vidas?
Esta ‘revista’ nos presenta una recopilación de valores importantes, su aplicación a nuestras vidas y la posición que tomamos ante él en esta sociedad cada vez más deshumanizada:
EL AMOR
Este valor del que todo mundo habla y vocifera, del cual todo el mundo quiere lucrarse.
El amor puede llegar de diversas maneras a nuestras vidas, el primer amor que experimentamos es el amor de padres, aquel amor filial y del cual nos vamos olvidando paulatinamente. Luego, empieza la adolescencia y descubrimos que hay muchas formas de amar, entonces conocemos a alguien que nos hace sentir especiales y con mariposas en el estómago. Tiempo después, adelantándome a mi experiencia de vida, renace el amor filial para juntarse con las relaciones sentimentales.
Así pues, en todo este afán de conseguir amor y de dar amor y ser amados, nos hemos olvidado de algo esencial: el amor por sí mismos. Ya no miramos por dentro de nuestro ser, no nos conocemos y no nos amamos. En gran parte, es por esto que en esta contemporaneidad se ha perdido el valor del amor puro, porque quien no se ama no puede amar, ni mucho menos ser amado.
La falta de amor propio es una de las principales razones por las que nuestra sociedad ya no ofrece amor pleno. En la imagen se aprecia claramente el valor que ha perdido el amor en esta, cada vez más lasciva y deshumanizada, sociedad.
El amor verdadero se logra cuando las personas se conocen y se aceptan, tanto entre ellos dos como cada quien.
LA FELICIDAD
Es el objetivo de todo ser humano.
Todos queremos ser felices sin importar las situaciones en que nos encontremos. El doctor estudió para ser feliz, el ingeniero es ingeniero porque lo hace feliz, y así por el estilo todo lo que hacemos está dirigido a un mismo fin: la felicidad.
La felicidad es lo que nos mantiene esperanzados en los problemas, saber que al final del túnel, la única salida será ser feliz.
Pero, ¿qué ha pasado con la felicidad? En la actualidad se pueden observar extraños brotes de depresión juvenil, estos brotes se deben a que nos están vendiendo la felicidad, una felicidad falsa y temporal. El comercio está lleno de ‘felicidad’, comprar un celular te hará feliz, en las redes sociales crees tener millones de amigos y que tu opinión le importa a todas las personas; pero al apagar el computador y conectarse a la vida real se descubre que la realidad es otra más dolorosa. Una realidad que no están dispuestos a afrontar porque las redes sociales no inculcan valores como el de valorar las cosas más pequeñas que al fin y al cabo, son la clave de la verdadera felicidad.
“Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices en vez de tratar de serlo”.
LA BONDAD
Es lo que mueve al mundo.
La bondad es valor de hacer algo por los demás, de ayudar, de compartir. Es muy importante mantener la bondad en estos tiempos donde la gente hace cada vez menos por sus prójimos, porque la bondad es un valor difícil, exige un desprendimiento de uno mismo para ayudar al otro, y eso es lo contrario de lo que se vive en la actualidad. La bondad nos hace crecer espiritualmente, ayudar y compartir hace a los seres humanos más completos más próximos a la realización espiritual.
Como la bondad exige un desprendimiento, dar algo de uno mismo; nuestra sociedad ha perdido el valor de hacerlo, nos hemos vuelto egoístas. Ayudar se ha vuelto un sacrificio más que un placer porque estamos encerrados dentro del ego, el avance tecnológico ha dado más importancia al tener que al ser, por eso, todos tratan de acumular pero nadie trata de dar nada a nadie.
“El único egoísmo aceptable es el de procurar que todos estén bien para estar uno mejor”.
LA EDUCACIÓN
Es el motor de la sociedad, lo que hace que todos vivamos en paz y alegres a pesar de las diferencias.
Actos tan sencillos como decir por favor, gracias, dar un asiento a una persona mayor, dar una sonrisa al desconocido; hacen que la vida con los demás sea más afable y pacífica. Analizando las historias y la forma de ser de mis mayores, concluyo que la educación se ha perdido en estos tiempos donde los estudiantes gritan a sus profesores, no respetan a sus padres, los conductores no frenan para dar paso a un grupo de estudiantes o a una persona mayor, nadie cede el asiento, entre otros tantos actos de descortesía. La causa puede ser que ya no se educa en valores, solo se manda un niño a la escuela pero no se le enseña desde el hogar a decir por favor o gracias.
“La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida”.
COOPERACIÓN
Muy parecido a la bondad, pero con una diferencia, la bondad es ayudar al otro sin esperar nada a cambio, la cooperación es ayudarnos entre todos para un bien en común.
La cooperación ayuda a hacer de nuestros trabajos, ocupaciones y conflictos cosas más fáciles, se trata de juntar fuerzas para apoyarnos uno a uno en los brazos del otro y soportar menos carga.
Es un valor menos complicado que la bondad porque no exige el mismo grado de desprendimiento, pero el egoísmo también lo anula, el deseo de querer hacer todo solo para no tener que dar nada a los demás.
FORTALEZA
Es lo que debemos tener para continuar el camino y esquivar los baches y retirar las piedras.
La fortaleza es necesaria en esta vida llena de obstáculos y caminos cambiantes, para seguir adelante a pesar de las heridas. Muchas veces nos hemos envueltos en grandes problemas que parecen no tener solución, pero ahí es donde actúa tu capacidad de fortaleza para buscar y llevar a cabo una salida, sin importar qué tan duro sea.
Este valor abunda porque la gente choca de frente a la realidad y se ve obligada a buscar soluciones prontas y definitivas, es ahí cuando la fortaleza aflora, en la desesperación del hombre.
PACIENCIA
La paciencia es la espera del mundo, es saber cuándo es más conveniente actuar.
La paciencia consiste en esperar, en observar y analizar las situaciones, y esperar el momento preciso para lanzar el ataque o soltar las amarras. Es importante ser paciente porque no inventamos la vida y no tenemos poder sobre ella, entonces debemos esperar a que lleguen las virtudes o a buscarlas en el momento adecuado.
En la sociedad, la paciencia se ha perdido porque nos acostumbraron a tener todo de una manera rápida y precoz, por eso queremos tener todo ya, al instante, y cuando no llega, nos vamos y nos perdemos de una infinidad de cosas buenas.
“Perder la paciencia es perder la batalla”.
DISCIPLINA
La disciplina es la herramienta fundamental para triunfar.
La disciplina es perseverar y no darse por vencido, luchar día a día, más allá del cansancio; cumplir con los deberes y hacer de nosotros una rutina para alcanzar el éxito. Sin disciplina es difícil conseguir lo que se quiere, pues todo conlleva un esfuerzo y una recompensa, sin esfuerzo no hay recompensa.
Este valor se ha perdido entre las costumbres de la sociedad, porque nos han mostrado el camino fácil pero nos ocultan el difícil, por eso al chocarnos de frente con el segundo camino desistimos, nos damos por vencido y preferimos cambiar de camino.
“Todo el mundo odia la palabra disciplina pero anhela los resultados que proporciona”.
FÉ
Es el motor del espíritu del hombre.
La fe es la fuerza adicional, la gasolina extra, la que nos permite seguir cuando estamos consumidos en cuerpo y corazón, es un apoyo espiritual. La fe es muy importante porque la vida es muy dura para el hombre, y el creer en algo más allá de lo corpóreo proporciona una impresionante fuerza y recarga de energías.
La fe ya no está presente en estos tiempos, la gente se ha entregado a lo superficial y lo libertino, pero se ha olvidado rotundamente de la fuerza que los sostiene interiormente, esa es otra causa de la inmensa depresión de estos tiempos, la falta de bases espirituales.
SENCILLEZ
La sencillez es una herramienta más para sobrevivir más fácilmente y ganarse el cariño de los prójimos.
La sencillez consiste en hacer las cosas bien, en no creer que uno es mayor que el otro porque tiene o hace más, querer a las personas que nos rodean, valorar las pequeñas cosas que nos ofrece la vida para poder vivir agradablemente y enteramente felices.
Otro valor más que se ve perdido en la actualidad, tendemos a complicarnos para tener siempre más, no valoramos lo sencillo porque nos han metido en la cabeza que para estar bien hay que tener mucho, y nosotros mecanizamos eso a la perfección.
“Si tu intención es descubrir la verdad, hazlo con sencillez, la elegancia déjasela al sastre”.
Así concluyo con esta revista de valores, diciendo que nuestra sociedad está cada vez más perdida en los placeres y las cosas banales que ofrecen las tecnologías y la tentación. Nos hemos olvidado de lo verdaderamente importante, lo que va por dentro.
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