Un día un
señor llamado Juan estaba muy inconforme con la vida que tenía porque realmente
no era feliz. Un día
después de tanto pensar decidió ir al cielo a pedirle a Dios que por una vez en
la vida, le hiciera un regalo y que le diera el secreto para encontrar la
felicidad; llevaba mucho tiempo de caminar con hambre, sed y mucho sueño; más
adelante se encontró con un lugar decorado hermoso, limpio y había un letrero
que decía: "la tienda del cielo"; éste era la muestra de la perfección, todo era
brillo todo estaba construido con las mejores cosas; la reja de la entrada era
de oro y esmeralda.
Salió un señor
y le pregunto:
-¿Qué
estás buscando por aquí?
Juan
asombrado por la forma en que le habló aquel hombre le respondió:
-Señor, le
pido que me de el secreto para encontrar la felicidad ya que mi vida ha
estado siempre llena de desdicha y tristezas.
El señor
lo invitó a pasar y él lo hizo, entraron a una tienda y el hombre le dijo:
-Amigo,
“aquí está el secreto de la felicidad”
Juan estaba sorprendido pues allí adentro sólo había cosas y bienes materiales
y jamás se le había pasado por la mente que el cielo fuera así, lleno de lujos
y cosas materiales que supuestamente era lo que daba la felicidad. Él quería
saciar las necesidades físicas por lo tanto le dijo a aquel hombre que le
regalara comida y un par de cosas para saciarlas; pero ese hombre muy enojado
le responde:
-¿Acaso
crees que este es un centro solidario? En este lugar no se obsequia ni ser
regala nada, de algún modo tienes que pagar lo que te lleves de aquí.
Juan salió
de ese lugar corriendo, pues se dio cuenta de que ese no era el cielo y que por
consiguiente no debía de estar ahí. Salió de allí y siguió caminando, y horas
después se encuentra en otro lugar, pero este era muy distinto al anterior, era
como una casa casi caída y que también se llamaba “la tienda del cielo”. Allí
había un pobre viejo que ya no se podía casi mover.
Este
hombre con una voz de dulzura le dijo:
-¿Qué
vienes a buscar aquí amigo mío?
A lo cual Juan le responde:
-Toda mi
vida ha estado llena de desdicha y tristeza, he llegado hasta pensar que Dios se
olvidó completamente de mí; por eso estoy aquí, vine a pedirle a Dios que me dé
el secreto para encontrar la felicidad.
Aquel
hombre le abrió la puerta y lo invitó a pasar mientras le decía:
-Entra,
acá te voy dar los 14 pasos para encontrar la felicidad.
1) Debes ser paciente con todas las
personas.
2) Debes amar a las personas que te
rodean y principalmente amar a tu Dios que es tu creador.
3) Tienes que comprender a las personas que
están a tu alrededor, recuerda que todos tenemos nuestros días.
4) Debes de entender a las personas, recuerda que todos somos diferentes y hay que tener una buena relación con
todos.
5) debes
de estar lleno de sabiduría para comprender y aconsejar bien a las personas y
principalmente para saber tomar el camino mejor.
6) Siempre
debes de tener fe en ti mismo, cree en tí y nunca pero nunca dejes de tener fe
en tu Dios.
7) Se
agradecido con tu Dios por cada día que te da de vida y por todas las
bendiciones que te da.
8) Se
compasivo y ayuda a todas las personas que lo necesitan.
9) Debes
de tener mucha fuerza para salir adelante.
10) Debes tener mucho coraje para levantarte cuando caigas esa es la esencia de una
persona, las experiencias.
11) Para alcanzar la salvación debes ser solidario y caritativo con los demás.
12) Debes
orar a tu Dios, es una forma de hablar con él, cuéntale tus problemas que él
está contigo siempre; no olvides orar por los más necesitados.
13) Busca
siempre la paz de tu alma y tu conciencia; haz lo posible para mantenerla en
la sociedad.
14) La felicidad,
este es el resultado de las otras 13, es el final y la recompensa después de
cumplir los otros.
Juan le
preguntó al hombre, qué cuanto debía pagar por lo que había cogido, y el hombre
con una sonrisa en la cara le responde:
-Esa deuda
ya está pagada, la pagó esa persona que tú dices que te olvidó pero él tiene un
futuro preparado para ti.
Se dice
que este fue el hombre más feliz de los tiempos; fue
Jesucristo quien pagó esa deuda con su muerte.
Catherine Vargas Ocampo - Grupo 10°.2
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