martes, 23 de septiembre de 2014

EL MEJOR REGALO

Un día un señor llamado Juan estaba muy inconforme con la vida que tenía porque realmente no era feliz. Un día después de tanto pensar decidió ir al cielo a pedirle a Dios que por una vez en la vida, le hiciera un regalo y que le diera el secreto para encontrar la felicidad; llevaba mucho tiempo de caminar con  hambre, sed y mucho sueño; más adelante se encontró con un lugar decorado hermoso, limpio y había un letrero que decía: "la tienda del cielo"; éste era la muestra de la perfección, todo era brillo todo estaba construido con las mejores cosas; la reja de la entrada era de oro y esmeralda.
Salió un señor y le pregunto:
-¿Qué estás buscando por aquí?
Juan asombrado por la forma en que le habló aquel hombre le respondió:
-Señor, le pido que me de el  secreto para encontrar la felicidad ya que mi vida ha estado siempre llena de desdicha y tristezas.
El señor lo invitó a pasar y él lo hizo, entraron a una tienda y el hombre le dijo:
-Amigo, “aquí está el secreto de la felicidad”
Juan estaba sorprendido pues allí adentro sólo había cosas y bienes materiales y jamás se le había pasado por la mente que el cielo fuera así, lleno de lujos y cosas materiales que supuestamente era lo que daba la felicidad. Él quería saciar las necesidades físicas por lo tanto le dijo a aquel hombre que le regalara comida y un par de cosas para saciarlas; pero ese hombre muy enojado le responde:
-¿Acaso crees que este es un centro solidario? En este lugar no se obsequia ni ser regala nada, de algún modo tienes que pagar lo que te lleves de aquí.
Juan salió de ese lugar corriendo, pues se dio cuenta de que ese no era el cielo y que por consiguiente no debía de estar ahí. Salió de allí y siguió caminando, y horas después se encuentra en otro lugar, pero este era muy distinto al anterior, era como una casa casi caída y que también se llamaba “la tienda del cielo”. Allí  había un pobre viejo que ya no se podía casi mover.
Este hombre con una voz de dulzura le dijo:
-¿Qué vienes a buscar aquí amigo mío?
A lo cual Juan le responde:
-Toda mi vida ha estado llena de desdicha y tristeza, he llegado hasta pensar que Dios se olvidó completamente de mí; por eso estoy aquí, vine a pedirle a Dios que me dé el  secreto para encontrar la felicidad.
Aquel hombre le abrió la puerta y lo invitó a pasar mientras le decía:
-Entra, acá te voy dar los 14 pasos para encontrar la felicidad.
1) Debes  ser paciente con todas las personas.
2) Debes amar  a las personas que te rodean y principalmente amar a tu Dios que es tu creador.
3) Tienes que comprender a las personas que están a tu alrededor, recuerda que todos tenemos nuestros días.
4) Debes de entender a las  personas, recuerda que todos somos diferentes y hay que tener una buena relación con todos.
5) debes de estar lleno de sabiduría para comprender y aconsejar bien a las personas y principalmente para saber tomar el camino mejor.
6) Siempre debes de tener fe en ti mismo, cree en tí y nunca pero nunca dejes de tener fe en tu Dios.
7) Se agradecido con tu Dios por cada día que te da de vida y por todas las bendiciones que te da.
8) Se compasivo y ayuda a todas las personas que lo necesitan.
9) Debes de tener mucha fuerza para salir adelante.
10) Debes tener mucho coraje para levantarte cuando caigas esa es la esencia de una persona, las experiencias.
11) Para alcanzar la salvación debes ser solidario y caritativo con los demás.
12) Debes orar a tu Dios, es una forma de hablar con él, cuéntale tus problemas que él está contigo siempre; no olvides orar por los más necesitados.
13) Busca siempre la paz de tu alma y tu conciencia; haz lo posible para mantenerla en la sociedad.
14) La felicidad, este es el resultado de las otras 13, es el final y la recompensa después de cumplir los otros.
Juan le preguntó al hombre, qué cuanto debía pagar por lo que había cogido, y el hombre con una sonrisa en la cara le responde:
-Esa deuda ya está pagada, la pagó esa persona que tú dices que te olvidó pero él tiene un futuro preparado para ti.
Se dice que este fue el hombre más feliz de los tiempos; fue Jesucristo quien  pagó esa deuda con su muerte.
Catherine Vargas Ocampo - Grupo 10°.2


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